Todas las tardes la veía pasar
hermosa y misteriosa como la noche
recorriendo siempre el mismo camino
recorriendo lo mismo, de la misma forma
En su cabeza, su cabello era su corona
en su piel, su rostro brillaba con luz propia
desde mi ventana la veía pasar,
recorriendo lo mismo, de la misma forma
El aire no la tocaba,
la lluvia no la mojaba,
jamás se inmutaba
recorriendo lo mismo, de la misma forma.
Un día sus ojos logré ver
y mil años en un segundo viví,
atrapado en un inmenso vacío... y ella...
recorriendo lo mismo, de la misma forma
Finalmente a la vista e mi ventana la esperé
y a la misma hora de siempre pasó,
sin palabras me invitó y desde ese momento
recorremos lo mismo, de la misma forma
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