viernes, 6 de abril de 2012

sombra de un hombre

Ese es el hombre,
decían todos cuando pasaba
y así mismo
con el dedo le apuntaban
pues por la ambición de sinceridad
el alma regaló a cancerbero,
la condena trajo a su destino
ya hizo de la soledad su huésped favorita.

 Sin siquiera pensar en una pregunta
se vio obligado a dar dos respuestas,
a cerrar dos caminos antes abiertos,
a caminar sin la luz de una estrella;
ciego por un sendero nuevo
que debe construir mientras camina

Dios cierra puertas y a veces cierra también las ventanas;
un alma cercana se desconoce en dos segundos,
una amistad se arruina en sólo uno
y en medio segundo una relación acaba.

La mente domina el alma nuevamente
pues el dolo es a veces pedido a gritos
y ella, silenciosa, distraída lo regala felizmente.

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